Nuevamente este domingo en la Plaza San Martín
POETAS LAVAN BANDERA
CONTRA TLC CON CHILE
Al igual que el domingo pasado, poetas y literatos peruanos volverán a tomar la Plaza San Martin, en el centro de Lima, para “lavar la bandera peruana” acto simbólico de protesta en por lo que consideran la ilegal e inconstitucional suscriopción del Tratado de Libre Comercio con Chile.
Encabezan esta jornada patriótica los poetas José Luis Ayala, Leoncio Bueno, Germán Carnero Roqué, Juan Cristóbal, Patricia del Valle, Giancarlo Huapaya, Rodolfo Ibarra, Ana María Intili, César Lévano, Reynaldo Naranjo, Winston Orrillo, Marcela Pérez-Silva, Rosina Valcárcel, Enrique Verástegui y Luis Yañez.
German Carnero Roqué, en representación de los aedas, afirmó que lavarán la bandera todos los domingos y no cesarán en su lucha hasta que el referido TLC con Chile sea enviado al Congreso de la República para su debate y posterior aprobación sin perjuicio para el país.
LUGAR : PLAZA SAN MARTIN
HoRA : DE 11 DE LA MAÑANA A 1 DE LA TARDE
FECHA : DOMINGO 29 DE MARZO
POETAS POR LA DIGNIDAD: EL FASCISMO ACUSA EL GOLPE
Un grupo de bardos, entre los cuales destacan Germán Carnero Roqué, Rosina Valcárcel, José Luis Ayala, Enrique Verástegui, Reynaldo Naranjo, Luis Yáñez, Ana María Intili, Patricia del Valle y quien estas lìneas escribe, decidimos, frente al sombrío escenario nacional, caracterizado por el entreguismo oficialista y la prostitución de los intereses nacionales, organizar un simbólico lavado de bandera, durante varios domingos, en plena Plaza San Martín, para denunciar a la opinión pública, particularmente, el altamente cuestionable TLC con Chile, cuya inconstitucionalidad es flagrante.
El acto, que domingo a domingo contara con la adhesión de numerosos escritores, se cumplió tal como se había programado.
La cobertura mediática fue, en principio, destacada por Canal N y, sobre todo, por el diario La Primera y escasamente por La República…y para de contar. Las razones son obvias: el carácter celestino de los media en el Perú, y su casi total entreguismo a Poderoso Caballero Don Dinero, representado, en este caso, por el Poder Ejecutivo, que hace y deshace, vende y revende –el país- con la anuencia y complicidad de sus barraganas comunicativas.
La repercusión internacional de este acto fue, como siempre, mayor: de lo que se trataba era de que, en este momento de noche y niebla para el Perú, se supiera que la voz de sus poetas no había bajado la cerviz.
Y, así, como siempre, asimismo, lo entendió el enemigo de clase interior: el fascismo fujiapromontesinista: y empezó una lluvia misilera de dicterios y anatemas e injurias de todo tipo, por vía de la Internet, y dirigido a casi todos nosotros, pero particularmente centrado en la figura de nuestra combativa Rosina Valcárcel, poeta y adalid de las mejores causas en defensa de los derechos humanos, y cuya familia, de impecable historial revolucionario, ha sido escarnecida –por lo menos eso pretenden esos miserables mensajes- en un lenguaje no solo coprolálico sino ahíto de arterías de todo pelaje.
A todo esto le respondemos: el fascismo cobarde, y ahora electrónico, ¡no pasará!
Pues a nuestro lado, en la diáfana honestidad de nuestras causas, está lo mejor del Perú de nuestras raíces, y de nuestro futuro; en definitiva, de esa alba que no tenemos porqué no saber que es nuestra, para siempre.
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