Por Winston Orrillo
Ser cultos para ser libres, dijo el Héroe Nacional y gran poeta y adelantado en las luchas antiimperialistas de América Latina, José Martí. Precisamente, hoy que escribimos estas líneas recordamos un aniversario más de su nacimiento (28 de enero de 1853) en La Habana, y cada uno de los capítulos de su biografía –más bien breve, pues murió con las armas en la mano el 18 de mayo de 1895, en la arremetida final por la independencia de su patria. Cada uno de esos capítulos es un hito en la edificación de lo que hoy se conoce como el hombre nuevo, y para el que el papel de la educación y la cultura devienen fundamentales..
Porque la cultura hace mucho tiempo que dejó de ser la patente de corso de los desarraigados, y hoy se blande como un arma esencial en la construcción de una nueva sociedad y de una humanidad distinta.
En la cultura, desde la cultura, se imbrican los conceptos y los caminos que van a coadyuvar en la gesta actualmente en proceso. Es culturalmente importante la posición de Evo Morales, que fue investido, para su nuevo mandato, con los símbolos del poder vernáculo, y comenzó su actividad gubernativa con un pago a la tierra, a la pachamama, como para decirnos que la raíz cultural milenaria no había podido ser arrancada, a pesar del medio milenio de barbarie y genocidio.
Es culturalmente importante el que a la Venezuela conocida hoy se le llame la República Bolivariana de Venezuela, con lo que se reivindica la gesta del Padre de la Independencia de América, aquel que todavía tiene muchas batallas por ganar, aquel que denunciara, adelantándose, el papel mefítico de los EE UU en su papel contra las naciones de Nuestra América.
Pero volvamos a Martí. Conocida frase suya Patria es humanidad, echa por tierra racismo y política de compartimentos estancos entre los seres de la tierra. Y cuando él añadió que la lucha de su nación –su lucha- sería por darle dignidad –por el culto pleno a la dignidad del hombre (cito de memoria), estaba poniendo un jalón definitivo para que, luego del Ataque al Cuarte Moncada - y como consecuencia del Juicio que a raíz de éste sobreviniera, el propio doctor Fidel Castro Ruz, proclamara a José Martí como su “autor intelectual”.
Y no se trataba, por cierto, de una metáfora, sino que la Generación de Fidel, la del Centenario, así se llamaba, precisamente, porque adviene a la lucha a los 100 años del nacimiento del Apóstol, 1953, y como una muestra de que su legado intelectual y moral no había periclitado, y que las apócrifas celebraciones que la pandilla lumpenesca, encabezada por el dictador Fulgencio Batista, venía programando, no eran sino una farsa tragicómica, pues cómo “celebrar” a Martí en m edio de la ciénaga de un Régimen que había convertido a la sacrosanta patria en garito, gineceo y lugar donde todas las corrupciones tenía su hábitat.
Por eso, Martí vive, plenamente, en la Cuba del siglo XXI, y en su gloriosa Revolución que, el 1º de enero de 1959, no solo devolvió la dignidad a su patria, sino que hizo posible que el legado de su Apóstol tuviera plena vigencia.
En Retablo Palabras Feb 2010
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