Por Winston Orrillo
Una nueva presea crítica nos ha entregado Camilo Fernández Cozman (Lima, 1965) con “El poema argumentativo de Wáshington Delgado”, publicada por Editorial Ornitorrinco y el Fondo Editorial de la UNASAM.
El autor, que es Miembro de Número de la Academia Peruana de la Lengua, doctor en Literatura Peruana y Latinoamericana y profesor de Posgrado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y de la Universidad San Ignacio de Loyola, ha ganado numerosos premios , como el Nacional de Ensayo, Raúl Porras Barrenechea (1997), el Internacional de Ensayo sobre Poesía (2993) y el Primer Concurso Nacional del Libro Universitario (2003), y ha publicado, aparte de su propia poesía, sendos y muy valiosos estudios sobre las obras de Emilio Adolfo Westphalen, J.E. Eielson, Raúl Porras Barrenechea, Rodolfo Hinostroza, José Watanabe, Blanca Varela y César Moro, entre varios otros, todos de relevante calidad, como que están, actualmente, agotados.
Su calidad de joven maestro de la crítica literaria lo ha llevado a dar conferencias en Santiago de Chile , Porto Alegre, Madrid, Salamanca, Burdeos, Roma, Florencia, Siena, Bolonia y Zurich, entre otras ciudades del mundo, adonde ha llevado la precoz madurez de su estudioso talento y la pedagogía esclarecedora de su crítica que, como en el caso del libro presente, es una guía para la mejor lectura y comprensión del universo literario de algunas de las obras creativas más relevantes del mundo de la palabra creativa contemporánea.
En el caso del texto actual, Fernández Cozman nos devela aspectos proco conocidos de la obra de uno de los más grandes poetas de la Generación del 50, Wáshington Delgado; es decir el carácter –es un descubrimiento suyo- la vertiente argumentativa de la poética del autor, entre otros, de los sobresalientes poemarios “Para vivir mañana” y “Cuán impunemente se está uno muerto”
Para ejercer la crítica, nuestro formidable exégeta, está premunido de un aparato crítico excepcional, que le permite esclarecer una poética que no tiene nada de sencilla, a pesar de lo diáfano de su lenguaje; pero el quid está en que, Camilo no hace uso de uno, sino de varios métodos que, concomitantemente, permiten adentrarnos en una obra fundamental en la poética peruana y latinoamericana de hogaño.
He aquí, pues, un mapa, un derrotero para hacer diáfana una poesía que todos habíamos leído, pero en la que, muchas de sus laderas permanecían medio ocultas y que el crítico nos ilumina con suficiente conocimiento de causa.
Por ello, esta lectura, que recomendamos, es un salutífero periplo esclarecedor por una obra que, siempre, tiene aspectos aún por revelar, pero que, con el presente libro podemos, un poco más, ingresar al universo poético-estético de nuestro gran autor cusqueño.
Premunido de una sana, vasta y necesaria erudición, nuestro joven crítico convierte su texto, de este modo, en una guía indispensable para desbrozar un terreno que nunca se acabará, por cierto de develar: el del misterio de la poesía inexhaustible del inolvidable autor de Un mundo dividido.
(La memoria del aire).
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