Por Winston Orrillo
Tal
el subtítulo de la excepcional publicación del ICPNA, que con el
nombre de “Conductas urbanas”, recoge una antología del gran fotógrafo y
maestro sanmarquino, Óscar Pacheco, en la que se reúnen más de 40 años
de su actividad creativa.
Bajo la curaduría de la doctora Narda
Leonardini, el libro es una atinada amalgama de técnica y arte que,
según sus palabras, ofrece una visión e interpretación de la vida
tercermundista, prologadas por fotos de su experiencia europea (Madrid,
Londres y París, especialmente).
Narda, asimismo, nos informa que
el artista no deja a otros trabajar sus negativos, y que, él mismo, en
su laboratorio, busca realizar lo que su visión –y su sueño- han
recogido sin la deformación de una mano ajena.
Politemática, es
verdad, esta obra, sin embargo, muestra una primacía por lo social,
expresada en una visión de la violencia de la vida cotidiana, captada en
mercados y mercadillos, en trabajadores, en ancianos solitarios, en
pescadores, campesinos; en gente común y corriente que lucha por
alcanzar un puesto en el repleto ómnibus y que, van, allí, colgados,
como un desafío a la muerte.
Pacheco, pues, no es un espectador
frío del devenir social y de sus anfractuosidades, sino que es él un
participante, emocionado, en el devenir de una realidad que clama por
ser cambiada: así nos lo dice su ojo de artista zahorí.
Más allá,
las fotografías de personajes políticos e intelectuales, en los que
penetra, detrás de lo aparencial, hasta el meollo, donde vive lo
inefable que el fotógrafo testimonial se encarga de sacar a flote.
Finalmente, Narda nos afirma que la de Pacheco es una fotografía que, con raíz universal, tiene características peruanas.
Otro
sí, el Maestro Pacheco trabaja desde el rollo en blanco y negro, pasa
por el color y arriba a las nuevas técnicas, en más de 40 años de
creación continua, silenciosa, casi anacoreta, como la de los grandes
creadores.
Por su parte, Pablo Macera, igualmente, en atinadas
palabras liminares, destaca el hecho de que OP asimila la experiencia
europea y la aplica a la realidad peruana (entre paréntesis diríamos
que, como el Amauta, conocer Europa le sirvió para conocernos mejor a
nosotros mismos).
Similar es el caso de Pacheco: el leit motiv de
sus fotos es el mundo de los trabajadores y sus luchas multiformes; y
una preocupación especial es su amor por los Barrios Altos –hoy Barrios
Pobres- a los que muestra con la unción de un hijo que quiere que
queden, vivos y ululantes, espacios y contextos que, la picota del
tiempo y del “urbanismo”, están condenando a la nada.
Pacheco,
pues, no solo fotografía a la masa, sino al individuo, al protagonista
de la dolorosa historia de nuestra cotidianeidad, que él nos ofrece con
sus ojos muy abiertos.
Imagen sobre fotos de Robert Laime
(La Memoria del Aire)
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